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martes, 12 de mayo de 2009

¿APROVECHARSE DE LA CRISIS?


Todo aquel que conoce que tengo una casa rural en alquiler, me pregunta sobre el efecto de la crisis económica sobre la ocupación,...¿se nota la crisis?. Efectivamente se nota la crisis, aunque mayo, especialmente mes horribilis en el calendario de ocupaciones en turismo rural en nuestra comarca, no sea el mejor mes para hacer aseveraciones de este tipo.

Pero en lo que realmente se nota el influjo de la crisis, no es tanto en la caída de reservas, que también, sino en el cambio en la relación de negocio empresario-turista.

Cuando ya parecía que la contratación abandonaba el teléfono y se enganchaba a la ola de las nuevas tecnologías, vía e-mail o reservas online; apareció la crisis. Un porcentaje de turistas (para ser justos el que ha nosotros nos visita es mayoritariamente encantador y ajeno a estas nuevas costumbres) se ha convertido en negociador, en buscador de grandes ofertas, gangas de última hora, sprinter de último segundo en el asunto de la reserva y de la cancelación. Los empresarios miramos hacia los lados y ante la falta de soluciones nos convertimos en agresivos competidores. Bajamos lo precios, permitimos que el cliente haga la entrada y salida en el alojamiento sin acotar horarios, permitimos un mayor número de personas que las que nuestros establecimientos tienen permitido y aun así...

Malos tiempos para la venta, buenos tiempos para la compra. En un mercado como el nuestro bastante falto de normas comunes, corremos el riesgo de degradarlo y de hacer muy costosa su posterior recuperación.

Ciertamente el cliente tiene el derecho de buscar la mejor oferta o aquella que mas le complazca, y que algunas veces esta se producirá por las caracteristicas del alojamiento y otras por el precio. Pero tampoco debe engañarse, los costos de un alojamiento rural son elevados. Nuestros ingresos se producen en solo 80-90 dias (ojala llegaramos a la cifra mítica de los 100 dias de ocupación), para los que tienes que trabajar e invertir durante 365 días. El marqueting (pagina web, buscadores...) se queda con 1/3 de la ganancia y este gasto es irrenunciable. El trabajo se realiza en fines de semana y fiestas y los trabajadores los cobran como es su derecho. El mundo rural no es una cantera de profesionales turisticos en paro de la que ir tirando; así es que por aquí tampoco hay ahorro. Los gastos corrientes son muy grandes y los desperfectos y reparaciones son constantes. La limpieza de las casas y lavado de sabanas se queda con un 15 % de los ingresos. En resumen, el cliente debe saber que para optimizar los gastos y adecuarlos a las bajadas de precios solo es posible con perdida de calidad en el producto.

Si esto es así y el turista lo prefiere, habremos de adaptarnos, pero alguien tendría que decirle a las instituciones que dejen de fomentar las Q de calidad, las Iso a la gestión y otras excelencias turísticas. Yo, aguanto un poco mas como fiel creyente y avanzo hacia las tres espigas. En el futuro ya veremos.


Nota: Como acompañamiento a esta reflexión, os muestro por donde parecen ir los tiros en otros paises (Extraído del artículo " Las llamadas al turismo de "proximidad" se multiplican" del último número de la revista Hosteltur):


"Recientemente, una revista francesa publicó un artículo bajo el título “Los 10 mandamientos para aprovecharse de la crisis en vacaciones”. De este modo, los turistas galos recibían
los singuientes consejos, entre otros: vigilar los gastos; reservar en el último momento;
regatear; aprovechar las aerolíneas low cost; intercambiar la casa; comprar marcas
blancas de turismo; y quedarse a veranear en Francia."


Lo dicho malos tiempos para las ventas.

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